Alrededor del 4% de los pacientes con diabetes padecen de pie diabético
• El Hospital Universitario Ruber Juan Bravo pone en marcha una consulta para atender a estos pacientes a cargo de Esperanza Jiménez Castro, Enfermera educadora en diabetes.
Aunque no hay datos concluyentes sobre la incidencia del pie diabético en España, se estima que se sitúa en torno al 4% de los pacientes con diabetes, con mayor incidencia en hombres y en población mayor de 65 años.
Esta patología provoca un fallo en la circulación de la sangre y en el sistema nervioso y, como consecuencia de ello, el paciente pierde sensibilidad en los pies, aumentando el riesgo de que se produzca una úlcera en el pie y de padecer infecciones ante la presencia de lesiones leves como rozaduras, callos o ampollas.
Para atender a estos pacientes, el Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid han puesto en marcha una consulta del pie diabético encuadrada en la consulta de educación terapéutica en diabetes a cargo de Esperanza Jiménez Castro, Enfermera educadora en diabetes.
A través de esta consulta se diseña un programa estructurado que permite detectar el pie de riesgo y abordar de forma integral todas aquellas actividades preventivas que disminuyan la aparición de lesiones en los pies.
El programa se inicia con una visita inicial dirigida a pacientes con diabetes tipo 2 en el momento del diagnóstico y pacientes con diabetes tipo 1 de más de 10 años de evolución, e incluye las siguientes actuaciones:
- Inspección del pie, calzado y calcetines.
-Exploración vascular: valoración de la coloración y temperatura, presencia de síntomas, palpación de pulsos (manual y/o Eco-Doppler).
- Exploración neurológica: valoración de sensibilidad superficial (tacto, dolor y temperatura) y profunda (percepción de la presión y la vibración).
- Clasificación del pie según riesgo.
- Consejos higiénicos del pie, calzado y calcetines recomendados.
- Autocuidado del pie.
Así mismo, incluye visitas de revisión dirigidas a pacientes que ya hayan sido evaluadas previamente y conozcan el riesgo que presentan sus pies, con el objetivo de reforzar las habilidades y técnicas de autocuidado, controlar la progresión de posibles complicaciones y detectar de forma precoz la aparición de nuevos síntomas.
Las consultas se realizarán con la periodicidad aconsejada según el riesgo que presente el pie (mensual/trimestral/semestral/anual).