Las cerezas
El origen de este cultivo parece provenir de la antigua colonia griega de Kerasos en Asia menor (a la que muy posiblemente deban su nombre), ubicada en la costa del Mar Negro. Tras la victoria contra Mitriades rey del Ponto en el año 65 D.C., el general romano Lúculo que comandaba las tropas romanas y era conocido por su afición por la buena mesa, encuentra este cultivo y lo lleva a Roma, haciéndose muy popular por todo el Imperio.
El cerezo llegó mucho más tarde a España, en el alto medievo cuando los árabes lo introdujeron en la Península, implantándolo, primero, en las taifas del Valle del Ebro; y también, y, sobre todo, en tierras de Cáceres, con particular incidencia en el Valle del Jerte.
En la mitología romana se relacionaba el cerezo con Venus la diosa del amor. Durante la Edad Media, se utilizaba su corteza y ramas para realizar conjuros y el jugo de las cerezas como afrodisiaco.
Hay más de 2.000 variedades, que crecen en arbustos y árboles distribuidos por las regiones más templadas de todo el mundo.
Las cerezas se han considerado siempre un excelente alimento para depurar el organismo y liberar toxinas. Esto es debido a que presentan un 85% de agua y son una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales.
Con alrededor de 58 kcal. por 100 gr. la cereza es una fruta refrescante y apta para dietas de todo tipo. La cereza nos aporta las vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B9, C y E.
Respecto a los minerales, la cereza contiene Calcio, Hierro, Magnesio, Fósforo, Potasio, Selenio, Sodio, Yodo y Zinc.
Debe sus propiedades antioxidantes al contenido en vitaminas A y C, así como a los flavonoides y antocianas (responsables del color rojo) que previenen el envejecimiento cutáneo y mejoran nuestro cabello y nuestras uñas. Tiene más contenido de antocianas que la mayoría de las frutas de temporada como ciruelas y frambuesas, por lo que su poder antioxidante es mayor.
Su alto contenido en potasio junto con el porcentaje de agua y la poca cantidad de sodio hace que sea muy recomendable para personas que tienen tendencia a retener líquidos. Sus rabillos en infusión tienen propiedades diuréticas así como antiinflamatorias de los conductos urinarios. El Potasio es necesario en el cuerpo humano para regular la presión arterial, las hormonas, el buen funcionamiento del sistema nervioso y de los músculos. Además, el potasio previene los calambres musculares.
Su fuente de fibra le confiere propiedades laxantes y regula y beneficia las funciones gastrointestinales.
Las cerezas tienen propiedades antisépticas.
Las cerezas contienen quercitina, triptófano, serotonina y melatonina. La melatonina tiene propiedades calmantes sobre el cerebro y el sistema nervioso. Y el conjunto de estos compuestos están relacionados con la mejora de los ciclos de sueño y vigilia y con la sensación de relajación.
Su contenido en ácido fólico hace que 150 gramos de cerezas satisfagan el 10% de las necesidades del mismo en el embarazo.
Poseen uno de los índices glucémicos más bajos de todas las frutas con un valor de 22.