Champiñón
Es el cuerpo fructífero del hongo Agaricus bisporus, perteneciente a la familia de las agaricaceas.
Está formado por tres partes bien diferenciadas:» el sombrero», de color blanco y forma redondeada, que es la parte más carnosa del hongo; «el pie», cilíndrico con anillo —también de color blanco—, que sirve de soporte al sombrero; y el «himenio» o conjunto de laminillas dispuestas a manera de radios, que van desde el pie hasta el borde externo del sombrero en el que se forman las esporas.
El cultivo del champiñón nació en Francia aproximadamente a principios del siglo XX (de ahí su nombre Seta de París). Precisamente, fueron los campesinos franceses los primeros en cultivar —con espectacular éxito— los micelios de este hongo, sembrándolos encima de estiércol de caballo, en cavas, sótanos, bodegas, etc.; es decir, en lugares oscuros y húmedos, que estuvieran a una temperatura que no se alejara de los ideales 12-18ºC. De Francia pasó a los países vecinos y posteriormente a América.
El champiñón aporta poca energía. Después del agua, su principal componente son los hidratos de carbono. También constituyen una buena fuente de fibra, que proporciona sensación de saciedad, aumenta el volumen fecal, mejora el tránsito intestinal y protege frente al cáncer de colon y la enfermedad cardiovascular. Además, su alto efecto saciante y su bajo contenido calórico convierte al champiñón en un alimento muy útil en dietas hipocalóricas.
Los champiñones constituyen una buena fuente de aminoácidos esenciales, si lo comparamos con el resto de los vegetales, ya que, aunque en baja cantidad, contienen todos los aminoácidos esenciales.
Dentro de las vitaminas, destaca su contenido en niacina (de hecho, es uno de los vegetales con mayor contenido en esta vitamina) y riboflavina; sin embargo, es pobre en vitamina C, y apenas contiene provitamina A y vitamina E.
El champiñón también contiene cantidades considerables de potasio, fósforo, selenio y hierro.
Por otra parte, se ha demostrado que el consumo de champiñones en animales de experimentación con diabetes de tipo I, produce un efecto retardante en el desarrollo de la diabetes, y reduce los síntomas asociados a esta patología como hambre, sed, pérdida de peso, etc.