Las espinacas
Se cree que la espinaca fue introducida en Europa alrededor del año 1000 procedente de regiones asiáticas, probablemente de Persia, pero únicamente a partir del siglo XVIII comenzó a difundirse por Europa y se establecieron cultivos para su explotación, principalmente en Holanda, Inglaterra y Francia; se cultivó después en otros países y mas
tarde pasó a América.
En España fue introducida por los árabes en el siglo XI. Su uso se expandió y popularizó durante el Renacimiento y fue Catalina de Mediccis, de quien se dice que le encantaban que las introdujo en la Corte Francesa, cuando se casó con el rey de Francia en 1533. Cuando hablamos de Espinacas a la Florentina, viene justamente del hecho que la ciudad natal de Catalina era Florencia y ella se trajo la receta y los cocineros de Italia. Durante la Edad Media, en los mercados vendían unas bolitas de espinacas prensadas a las que llamaban espinoches.
La famosa idea que Popeye utilizaba espinacas para conseguir su fuerza muscular se debió a un error de imprenta en el que una coma corrida aumentaba diez veces el valor de la concentración del hierro en las espinacas.
La espinaca es una verdura con un elevado valor nutricional y carácter regulador, debido a su elevado contenido en agua y riqueza en vitaminas y minerales. Con tan solo alrededor de 22 kcal por 100 grs están compuestas en su mayor parte por agua (más de un 90%), con unos porcentajes muy bajos de hidratos de carbono y grasas por lo que son recomendadas por expertos nutricionistas como parte de la dieta a
seguir en caso de desear regular o perder peso.
Los grupos de vitaminas presentes en estas plantas son la vitamina E, A, C y B, proporcionando acción antioxidante, regulando el buen estado de la visión para las personas con problemas oculares, el cabello, la piel, las mucosas, los huesos y el sistema inmunológico, resultando adecuadas para la prevención de enfermedades cardiovasculares y degenerativas como el cáncer. Además, intervienen en la formación de colágeno, glóbulos rojos (por lo que está indicada para el tratamiento de anemias), glóbulos blancos, absorción del hierro de los alimentos, así como en la resistencia ante infecciones. Su alto contenido en folatos las hace aconsejables en dietas de mujeres embarazadas ya que previene malformaciones del feto durante las primeras semanas de embarazo.
El ácido fólico o vitamina B9 de las espinacas, hace de este un alimento muy recomendable para su consumo en etapas de embarazo o de lactancia. Esta verdura también puede ayudar a combatir los efectos perjudiciales de ciertos medicamentos que absorben la vitamina B9.
El elevado contenido de vitamina K en esta verdura hace que tomar las espinacas sea beneficioso para una correcta coagulación de la sangre.
Las espinacas son ricas en calcio, potasio, hierro, magnesio, fósforo, yodo y sodio. Estos minerales desarrollan una importante función estructural para determinados elementos del ser humano como los huesos o los dientes y aportan beneficios para el funcionamiento de los intestinos, músculos o nervios. También poseen un suave efecto laxante, diurético (sobre todo su alto contenido en potasio y bajo en sodio), mejoran la inmunidad, la transmisión y generación de impulsos nerviosos, junto a la actividad muscular.
Los aportes en fibra proporcionan un suave efecto laxante que mejora el estreñimiento y colabora en la reducción del colesterol.
En la Consulta de Nutrición te contamos las propiedades de los diferentes alimentos para tu salud.