Lavar verduras y frutas
Cuando compramos la fruta y la verdura, en la que su aspecto nos llama la atención, tendemos a pensar que no hace falta lavarla en casa, incluso cuando compramos fruta y verdura ecológica y nada más alejado de la realidad.
Aunque la industria alimentaria, por lo general, se encarga de que estos alimentos lleguen al consumidor con un lavado previo para eliminar parte de la suciedad, esto no es suficiente para asegurar que un producto sea inocuo. Por ello antes de consumirlas o servirlas, debemos encargarnos de lavar adecuadamente la fruta y la verdura y descartar todos aquellos alimentos que no estén en condiciones o eliminar las partes dañadas.
En la fruta y la verdura hay de manera natural zonas como son los cortes en la superficie, grietas, muescas, magulladuras que, durante la recolección, el proceso de producción, almacenamiento, transporte y manipulación, más propicias para el crecimiento microbiano.
Conviene retirar las hojas externas de vegetales, separar las hojas individualmente y dedicar un tiempo a la limpieza de estos alimentos tan necesarios.
Antes de manipular la fruta o la verdura que vamos a lavar, debemos lavarnos nosotros primero las manos porque pueden contener microorganismos que no están presentes en los alimentos y que pueden transferirse durante la manipulación. Así como los utensilios y superficies que vayamos a emplear para cortar, rallar, pelar.
El lavado de frutas y verduras se hace con agua fría, potable del grifo y frotando o cepillando la superficie de las mismas, pudiéndose dejar en un remojo previo en agua, para facilitar el proceso.
Si eres de los que solo pasa un paño a tu fruta o vegetales, se ha visto que es menos eficiente que el lavado para reducir la carga microbiológica del alimento.
Existen en el mercado desinfectantes de uso alimentario, que están especialmente recomendados en personas de riesgo como bebés y niños pequeños, mujeres embarazadas, personas mayores de 65 años o personas con el sistema inmunitario deprimido.
Finalmente, el lavado de frutas y verduras termina, con el proceso de secado con un paño o con papel de cocina limpios antes de ser pelada o consumida con piel.
Conservar la fruta y verdura refrigerada, permite una mejor conservación una vez limpia.
Los plátanos, boniatos, cebollas, ajos, calabazas enteras y patatas no es necesario guardarlos en la nevera sino en un lugar fresco y seco (una vez cortados sí deben ir a la nevera).
En la consulta de Nutrición queremos que tu alimentación sea más saludable.