El mercurio en el pescado
El mercurio es un contaminante medioambiental que puede encontrarse en nuestros alimentos debido a su presencia natural en la corteza terrestre y como resultado de la actividad humana.
Las plantas y los animales se contaminan con mercurio a través del medio ambiente, y el metal se transfiere y acumula a lo largo de la cadena trófica. En el caso del hombre, el consumo de pescado constituye la mayor fuente de exposición a este contaminante.
El mercurio pasa a los pescados mediante la alimentación, de manera que los peces más depredadores, que también son los más grandes, acumulan mayor cantidad. Estos pescados son el atún rojo, el pez espada, el emperador o algunos tiburones. Es importante alternar esos pescados con otros menos contaminados: dorada, sardinas, lenguado, trucha, salmón...
El mercurio puede inducir efectos tóxicos en algunos órganos y sistemas, como el nervioso, los riñones, el hígado y los órganos reproductivos, pero el más peligroso es el efecto neurotóxico.
La población más vulnerable son los niños y las mujeres que deseen quedarse embarazadas, ya lo estén o se encuentren en periodo de lactancia no deberían comer pescados grandes, como el pez espada, las distintas especies de tiburón o el atún rojo.
El pescado es un alimento esencial en una alimentación equilibrada, son una fuente de proteínas de alto valor biológico, contiene micronutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D, y proporciona ácidos grasos omega 3 y pocos ácidos grasos saturados.
No lo elimines de tu dieta, simplemente trata de prevenir riesgos siguiendo una alimentación variada, combinando en tus menús diferentes especies y consumiendo las especies más contaminadas solo de vez en cuando.