Algunos consejos para reducir el consumo de sal en "el día a día":

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No añadir sal a los alimentos, a los guisos, o a las ensaladas. Reemplazar el sabor con hierbas, especias, limón, vinagre, pimienta, ajo, etc.

No echar sal mientras cocinamos, si no echarla mejor cuando ya te hayas servido y probado la comida.

Elegir productos frescos siempre que sea posible: carne y pescado fresco, frutas y vegetales. Estos alimentos contienen poca sal.

Evitar alimentos salados: frutos secos salados, aperitivos, embutidos, salchichas, alimentos enlatados, sopas de sobre, bollería comercial, quesos curados, salsas en sobre, etc.

• Cuando vayamos a la compra elegir las marcas de los productos que contengan menos sal, para ello debes leer siempre el etiquetado nutricional.

• Tener en cuenta que la cantidad de sal consumida va en relación con la cantidad de alimento ingerido, por tanto, no son los alimentos con más contenido en sal los que siempre van a aportar más sal a nuestra dieta. Así, si tomo mucha cantidad de un alimento con cantidad "media" de sal, terminaré por ingerir mucha sal.

• No es necesario dejar de comer alimentos con alto contenido en sal, simplemente reducir su frecuencia de consumo e intentar elegir la opción o marca que contenga menos.