Sociología de la Alimentación
El consumo de alimentos no es un acto aislado que hagamos solamente para satisfacer el hambre. ¿Qué quiero decir? Pues que entorno al 75% de las comidas que realizamos son en compañía y, además, ninguna comida se puede realizar sin la colaboración directa o indirecta de otras personas.
La compañía durante la comida afecta también en nuestra ingesta, comiendo menos cantidad cuando lo hacemos con amigos, pero, por el contrario, comemos más cantidad cuando lo hacemos con familiares en un ambiente más relajado.
Para analizar la alimentación de un país o de un grupo de población debemos de tener en cuenta distintos factores que influyen, como factores ambientales, los propios del individuo, socioeconómicos-culturales, personas con las que se comparte la mesa, si son personas que han emigrado …
Las personas que emigran generalmente se ven obligadas a modificar sus hábitos alimentarios por los cambios en los hábitos de vida incluso en muchas ocasiones por la falta de ingredientes. Por otro lado, también se incluyen en su dieta diaria alimentos nuevos propios del país, produciéndose así un enriquecimiento cultural.
En la alimentación que llevamos a cabo influye desde la propia accesibilidad a los alimentos, es decir, las características geográficas, el clima, la situación económica del país, la infraestructura de comunicación; también las características del individuo ya que influye la edad, el estado de salud si tiene enfermedades o alergias, las preferencias sensoriales, las motivaciones estéticas….
Uno de los factores que más puede influir en nuestra alimentación son los socioeconómicos-culturales. Normalmente en función del estatus social y económico que se tenga la alimentación es distinta ya que si tenemos un escaso poder adquisitivo generalmente llenamos la cesta de la compra con alimentos no perecederos ya que su coste siempre suele ser menor y garantizamos tener comida durante más tiempo, por lo tanto, una dieta más rica en HC, mientras que, si nuestro poder adquisitivo es alto, generalmente llenamos la cesta de la compra con alimentos más frescos.
Además, hay que tener en cuenta también el número de personas que viven en el hogar, ya que cuando el tamaño familiar es mayor, el gasto de alimentos es menor siendo las dietas más ricas en HC y más pobres en grasas y proteínas.