30 de diciembre de 2019 / Hospital Quirónsalud San José / Endocrinología y Nutrición

En muchas ocasiones, cuando empezamos a modificar nuestra alimentación, el único parámetro que utilizamos es el peso. Si la cifra que veo en la báscula se corresponde a mis expectativas siento que estoy haciendo las cosas bien, pero si por el contrario no, me frustro, desanimo, repercute en mi comportamiento alimentario…

Es importante que, además de medir el peso, utilicemos otros ítems que nos ayuden a medir nuestros progresos. A continuación, podemos algunos ejemplos: comparar cada uno de los puntos con la situación inicial, hacer una evaluación mensual/ trimestral… para contrastar.

  • Organización / planificación. Dedico un día para visualizar cómo va a ser mi semana
  • Nivel de compromiso a uno mismo. Estoy más comprometido/a con mi objetivo de llevar un estilo de vida más saludable.
  • Nivel de autoconfianza.
  • Nivel de motivación

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  • Ansiedad. Tengo menos ansiedad por consumir determinados alimentos que antes consideraba "prohibidos".
  • Gestión del estrés.
  • Nivel de energía.
  • Agilidad en las actividades cotidianas.
  • Calidad del sueño.
  • Digestiones.
  • Ritmo intestinal.
  • Ejercicio físico.
  • Disfrutar con el ejercicio físico.
  • Caminar X pasos/día.
  • Disfrutar con la comida. Me genera satisfacción comer de manera saludable
  • Consumo de frutas y verduras.
  • Elecciones saludables fuera de casa. Cuando salgo a comer fuera negocio conmigo mismo/a qué pedir: postre o bebida; patatas fritas o cerveza…
  • Parámetros analíticos
  • Tensión arterial
  • Fármacos.