¿De verdad tengo que comer alimentos que no sé ni pronunciar?
Con el aumento de los viajes, la globalización y la búsqueda de nuevos sabores, cada vez más nos encontramos con alimentos o preparaciones que al provenir de otras culturas tienen nombres diferentes. Muchas veces no sabemos cómo se pueden consumir y otras veces tras haberlos probado en algún sitio tenemos curiosidad y los incluimos en nuestro día a día.
Platos como el sushi, kimchi, ceviches, por poner unos ejemplos, hace unos años eran impensables en nuestras cocinas, pero hoy en día se encuentran tan integrados en los restaurantes que nos parecen cotidianos y no nos causan extrañeza.
En nuestra cultura también tenemos platos con nombres curiosos:
- La ropa vieja: es un plato de aprovechamiento con carne, garbanzos y las verduras que se deseen.
- El Zarangollo: un revuelto de huevo, calabacín y cebolla típico de Murcia.
- El Matamaridos: también se le llama guiso en blanco. Es clásico de Andalucía y se compone de merluza, verduras y patata cocida.
- El Zorongollo: se trata de una ensalada hecha con pimientos asados, cebolla y aceite de oliva. También se le puede echar huevo cocido y ventresca de bonito. Es típica de Extremadura.
- Atascaburras: en Castilla-La Mancha tenemos este guiso con patata cocida, bacalao, ajo y huevo.
La nutrición puede incluir alimentos o platos que no conocemos si nos apetece y nos resulta fácil encontrar los ingredientes o si queremos hacer una excepción para sorprender a familiares y amigos.
En la Consulta de Nutrición te explicamos esto y muchas cosas más para que tu alimentación sea lo más equilibrada además de sabrosa.