Cirugía oral y maxilofacial
Es una cirugía que ejemplifica como pocas la fusión entre los conceptos de la "estética" y la "función" en la cara. No cabe duda de que una de las funciones más importantes de la cara es la estética, pero la posición de los maxilares también influye en la masticación dental, en la deglución y en la respiración.
La posición de los huesos faciales en el espacio es determinante en el aspecto facial. No solo es importante el tamaño y posición de cada hueso y relieve facial, sino la relación entre unos huesos y otros. En la cirugía ortognática se atiende especialmente a la relación entre el maxilar y la mandíbula, aunque también resulta muy importante la posición, anchura y proyección de los pómulos, la nariz y las órbitas. Estas relaciones óseas se manifiestan más obviamente en las relaciones entre los dientes tanto del maxilar como de la mandíbula. Por eso, en estas cirugías es imperativa la colaboración entre el cirujano y el ortodoncista, puesto que éste último va a ser el encargado de corregir las posiciones y rotaciones dentarias anómalas, de modo que el resultado final del tratamiento sea natural y bello también cuando el paciente sonría, y la masticación sea funcional y sin dolor.
Una mandíbula pequeña se manifestará clínicamente con un aspecto facial de falta de proyección anterior del mentón y de falta de proyección lateral de los ángulos mandibulares (en la zona de los músculos maseteros). En consecuencia, la persona tendrá un aspecto huidizo, infantilizado, tímido, y una apariencia general de debilidad física.
Una mandíbula excesivamente grande produce un mentón prominente y en general un aumento de tamaño de toda la parte inferior de la cara. La persona tendrá un aspecto rudo y poco elegante.
Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo
Juan Bravo 39 y 49
28006 Madrid
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